Un estudio experimental desarrollado por el grupo del CIBERSAM dcoordinado por Juan Carlos Leza en el Departamento de Farmacología y Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) demuestra que no todos los componentes bacterianos provenientes de la microbiota activan de igual forma la señal inflamatoria en el cerebro
De esta forma, el estudio muestra como diferentes lipopolisacáridos de la pared de bacterias que se encuentran en la microbiota intestinal (como E Coli) o en la microbiota oral (como P gingivalis) pueden, tras un proceso de disbiosis intestinal u oral, traslocar a la circulación general y llegar a activar áreas específicas del cerebro, los órganos circumventriculares -area postrema, órgano subfornical y eminencia media-, unas estructuras carentes de barrera hematoencefálica.
En un estudio en roedores, la administración de lipopolisacáridos (LPS) de diferentes bacterias produjo una estimulación de receptores de inmunidad innata en microglía, demostrada por técnicas bioquímicas y de imagen (inmunofluorescencia y cambios morfológicos ameboides característicos de activación microglial).
"Estos hallazgos refuerzan la posible relación de procesos neuroinflamatorios cerebrales tras fenómenos de disbiosis intestinal y oral, cuando la microbiota fisiológica en ambas localizaciones trasloca a la circulación general y libera componentes que son identificados por la maquinaria inmune innata", afirma el Dr. Leza
Referencia del artículo:
Toll-like receptor 4 agonist and antagonist lipopolysaccharides modify innate immune response in rat brain circumventricular organs. J Neuroinflammation. 2020 Jan 6;17(1):6. doi: 10.1186/s12974-019-1690-2.