Ministerio de Ciencia e Innovación

La combinación de dieta Mediterránea y actividad física se asocia con menos riesgo de empezar a tomar medicación psiquiátrica

Álvaro Hernáez, investigador del CIBERCV en el Hospital del Mar
Hospital del Mar | viernes, 13 de junio de 2025

Seguir los principios de la dieta Mediterránea y hacer ejercicio físico se vincula a una menor iniciación en el consumo de las tres principales medicaciones psiquiátricas, los antidepresivos, los ansiolíticos y los antisicóticos, y también en una menor iniciación en el de anticonvulsivos, vinculados a enfermedades neurológicas. Así lo demuestra un estudio encabezado por el Instituto de Investigación del Hospital del Mar y la Facultad de Ciencias de la Salud de Blanquerna-Universitat Ramon Llull. El trabajo, el primero que describe la relación entre dieta saludable y riesgo de inicio de consumo de estos fármacos, lo publica la revista Age and Ageing.

El estudio se basa en datos del estudio PREDIMED, que evalúa el impacto de la dieta Mediterránea en la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular. En concreto, se han analizado datos de entre 6.000 y 7.000 participantes en este proyecto. Se trata de personas de edad avanzada, con una edad media de 67 años, en riesgo de enfermedad crónica (el 14% eran fumadores, el 45% presentaban sobrepeso y el 47% obesidad), a los cuales se les ha hecho seguimiento durante prácticamente cinco años. Durante el estudio, el 7,9% de los participantes empezaron a tomar antidepresivos, el 8,8% ansiolíticos, el 1,1% antisicóticos y el 2,8%, anticonvulsivos. 

Según el Dr. Álvaro Hernáez, investigador del Instituto de Investigación del Hospital del Mar y del área de Enfermedades Cardiovasculares del CIBER (CIBERCV), y profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna-Universitat Ramon Llull, los resultados obtenidos indican que “seguir una dieta Mediterránea está asociado a una menor iniciación de las tres principales medicaciones psiquiátricas, antidepresivos, ansiolíticos y antisicóticos, así como una menor iniciación en medicamentos anticonvulsivos, vinculados a enfermedades neurológicas. En el caso de la actividad física, las asociaciones son más débiles y se centran en antidepresivos, ansiolíticos y anticonvulsivos”.

Descenso entre el 41 y el 59%

El trabajo indica que cada punto de incremento de la adherencia a la dieta Mediterránea, medida en una escala de 0 a 14, se relaciona con una menor iniciación de antidepresivos, un 28% menos, de ansiolíticos, un 25% menos, de antisicóticos, un 23% menos, y de anticonvulsivos, un 23% menos.

Por lo que respecta a la actividad física, un incremento equivalente a caminar de forma intensa 40 minutos a la semana, hacer pilates o clases de baile o aeróbico 30 minutos a la semana en aquellas personas con unos valores más bajos de ejercicio diario, se asocia con una menor iniciación de antidepresivos, un 20% menos, y de ansiolíticos, un 15% menos. También se asocia con un 4% de menos riesgo en el inicio del consumo de anticonvulsivos en cualquier persona.

“Las asociaciones son más fuertes cuando se pasa de un seguimiento bajo de la dieta Mediterránea a iniciarse en ella y de no hacer actividad física a empezar a hacerla”, apunta el Dr. Hernáez. A la vez, la combinación de las dos variables a niveles elevados es la que obtiene mejores resultados, llegando a un menor riesgo del inicio en el consumo de todos los fármacos estudiados, de entre un 41 y un 59%. En concreto, el 59% en antidepresivos, el 46% en ansiolíticos, el 55% en antisicóticos y el 41% en anticonvulsivos.

Estos resultados se pueden atribuir, según los autores del estudio, a diversos mecanismos neuroprotectores, que incluyen la reducción del estrés oxidativo y de la neuroinflamación, la mejora en la función de los neurotransmisores y otros factores, como modificaciones epigenéticas positivas del ADN.

El estudio destaca la importancia de explorar aproximaciones complementarias a las farmacológicas en salud mental, destacando los potenciales beneficios de seguir una dieta saludable y practicar actividad física para mejorar el estado de personas de más de 65 años. En Europa, este colectivo presenta una alta prevalencia en el consumo de medicamentos psicoactivos, con los posibles efectos adversos que les son asociados. Como explica el Dr. Víctor Pérez, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar y jefe de grupo del área de Salud Mental del CIBER (CIBERSAM), que no ha participado en el estudio, “se trata de un campo de estudio de especial interés para continuar analizando la relación entre los trastornos mentales y la dieta y el ejercicio físico como factores protectores”.

El equipo de investigación plantea ahora llevar a cabo un ensayo clínico aleatorizado para evaluar la efectividad de la dieta Mediterránea y de la actividad física como intervenciones útiles para ayudar a prevenir patologías como la depresión, la ansiedad, trastornos psicóticos o convulsivos.

En el trabajo también han participado investigadores del área de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición del CIBER (CIBEROBN) y del área de Epidemiología y Salud Pública del CIBER (CIBERESP).

Artículo de referencia

Hernandez MH, Fornara E, Lassale C, Castañer-Niño O, Estruch R, Ros E, Martínez-González MÁ, Corella D, Babio N, Lapetra J, Gómez-Gracia E, Arós F, Fiol M, Serra-Majem L, Riera-Mestre A, Gea A, Ortega-Azorín C, Díaz-López A, Fitó M, Hernáez Á. Adherence to a Mediterranean diet and leisure-time physical activity are associated with reduced initiation of antidepressant, anxiolytic, antipsychotic and antiseizure drug use in older adults: a cohort study. Age Ageing. 2025 Mar 28;54(4):afaf088. doi: 10.1093/ageing/afaf088. PMID: 40221936; PMCID: PMC11994031.

 

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