El IV Encuentro entre investigadores en salud mental, pacientes y familiares acaba de realizarse -27 noviembre- en la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III, en Madrid. Con el lema ‘Superando el estigma hacia la recuperación’, en esta edición se subrayó la importancia de combatir la discriminación y sus consecuencias negativas y promover la rehabilitación y la reinserción de las personas afectadas, además de dar pasos adelante en el conocimiento de las enfermedades mentales y sus tratamientos. Organizado por los investigadores del CIBERSAM Jerónimo Saiz y José Manuel Montes; el presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM) e investigador del CIBERSAM, Miquel Bernardo; y la presidenta de la Fundación Mundo Bipolar, Guadalupe Morales, contó además con la colaboración de Lundbeck.
El programa de la jornada, que implicó a investigadores, pacientes y familiares en el mejor abordaje de patologías mentales, puso el foco en la aplicación de las nuevas tecnologías al servicio del empoderamiento en el trastorno bipolar, una enfermedad que afecta en España a más de un millón de personas, con la participación de especialistas como Ana González-Pinto, jefa de grupo del CIBERSAM, y Guadalupe Morales, directora de Mundo Bipolar.
Ana González-Pinto insistió en la utilización de las nuevas tecnologías con carácter terapéutico para favorecer el autocuidado del paciente. Línea en la que trabajan en su grupo del CIBERSAM de Álava, en colaboración con la compañía japonesa NTT Data, desarrollando un programa pionero en el control de enfermedades mentales. “Es una innovación en el modo de administración de las sales de litio, uno de los fármacos más eficaces para el control de algunas patologías mentales, y que además tiene un efecto antisuicidio. Con esta investigación se desarrollará también una aplicación para móviles, que ayudará a los pacientes a mejorar su pronóstico”, explicó González-Pinto.
Guadalupe Morales puso de manifiesto que el automanejo es fundamental para la recuperación de las personas con un problema de salud mental y recordó que “los programas educacionales entre iguales son una herramienta poderosísima”. Además, insistió en la necesidad de que los poderes públicos inviertan en las organizaciones de pacientes porque suponen una ayuda decisiva en el automanejo del problema de salud mental.
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y cómo evitar su cronicidad fueron también objeto de discusión en el Encuentro. Luis Beato, psiquiatra del Hospital General Universitario de Ciudad Real, y Carlos Peralta, fundador y patrono de la Fundación APE (Prevención y Erradicación de los TCA), expusieron su visión sobre el tema. Anorexia y bulimia nerviosa y trastorno por atracón son las patologías más comunes de esta afección que tiene una tasa de prevalencia en población adolescente en España de aproximadamente el 5%. Carlos Peralta insistió en que para evitar la cronificación y las secuelas físicas irreversibles de los TCA deben iniciarse programas de prevención de forma temprana, en edad escolar, sobre estilos de vida y hábitos dietéticos saludables, así como desarrollando la autoestima y la toma de decisiones. Recordó además que es importante el diagnóstico y el tratamiento precoz especializado de estos pacientes, prestar atención a las redes sociales e internet y aplicar planes complementarios como la co-terapia.
Evitar la cronicidad en la esquizofrenia es también objetivo fundamental de los especialistas para lo que recomendaron una intervención temprana e integral en esta enfermedad que afecta a más del 1% de la población española (400.000 personas) y es, según la OMS, la tercera causa de discapacidad entre los 15 y los 44 años. “El abordaje holístico, utilizado con eficacia en otros países de Europa, América o Australia, no debe quedarse sólo en cuestiones clínicas sino también tener en cuenta aspectos psicosociales, proyectos vocacionales o laborales”, según apuntó Ana Cabrera directora de la Asociación Madrileña de Amigos y Familiares de Personas con Esquizofrenia (AMAFE). “En la actualidad hay una respuesta escasa a esta problemática por parte del Sistema Nacional de Salud que debería corregirse disponiendo de los recursos necesarios y programas específicos”, añadió Cabrera.
En opinión de Celso Arango, jefe de grupo del CIBERSAM, uno de los aspectos más importantes para los investigadores que se dedican a esta área de salud es lograr trasladar los resultados de sus estudios tanto a los pacientes como a sus familias. En las investigaciones de los últimos diez años se ha constatado que los programas asistenciales de intervención temprana dan una respuesta rápida y mejoran el pronóstico y calidad de vida de pacientes con primeros episodios psicóticos. Esto contribuye, entre otros aspectos, a que puedan acceder de nuevo a un puesto de trabajo o reducir el riesgo de suicidio.
Además, “las investigaciones dejan patente que estos logros se consiguen ahorrando costes al sistema nacional de salud. Esto es así porque, aunque inicialmente hay unos costes de implantación, lograr que los pacientes ingresen menos y mejorar su calidad de vida y posibilidades de acceso al mercado laboral, supone un menor coste para el sistema”, sostiene.
Celso Arango insiste, por tanto, en la necesidad de que los pacientes y sus familiares sean conscientes de ello para que puedan acudir informados a las autoridades sanitarias para reclamar la implantación de estos programas asistenciales. Arango recuerda que otros países como Reino Unido, Dinamarca, EEU.UU, Corea del Sur o Australia ya lo han hecho para garantizar que los pacientes acudan de forma temprana a los servicios de salud mental, siendo aún una tarea pendiente en España. Recientemente se ha publicado el libro blanco de la intervención temprana en psicosis y, excepto Cataluña y Navarra, el resto de las CCAA suspenden en este apartado.
La búsqueda de la funcionalidad en la vida laboral de pacientes que sufren depresión fue otro de los focos de interés de este Encuentro.
Miquel Bernardo, jefe de grupo del CIBERSAM y presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), insiste en la necesidad de una “aproximación integral que parte de la interacción sinérgica entre los distintos agentes implicados” y que debe hacerse bajo unas “premisas que abandonan el paternalismo” para apostar por una concepción de autonomía del paciente y de decisiones compartidas. “Estamos en tiempos de un gran cambio conceptual que asume que, partiendo de la evidencia científica, el objetivo son las personas y su recuperación y no el mero control de la enfermedad”, apuntó.