La administración de risperidona al final de la adolescencia protege contra los cambios estructurales -disminución del número de dendritas y espinas en cortex- y funcionales -pérdida de mecanismos protectores antioxidantes- en un modelo experimental de primer episodio psicótico, según describe un estudio del grupo coordinado por Juan Carlos Leza del CIBERSAM en la la Universidad Complutense de Madrid.
Tanto la reducción de la arborización dendrítica como la pérdida de espinas en estas dendritas en el cortex prefrontal son rasgos patológicos frecuentes en la esquizofrenia. En un modelo experimental que reproduce estas alteraciones y rasgos conductuales típicos de psicosis los investigadores han descrito un interesante y novedoso efecto preventivo del antipsicótico risperidona. Este trabajo, publicado en Journal of Neuroscience es el resultado de una colaboración con un grupo del Instituto de Fisiología de la Univ. Autónoma de Puebla, México.
El trabajo se ha realizado sobre un modelo experimental que reproduce los rasgos característicos de la disfunción cortical en la esquizofrenia (una lesión específica en el hipocampo ventral en ratas neonatas macho) como resultado del mal funcionamiento de la vía BDNF/TrkB junto con un incremento del daño oxidonitrosativo debido a la sobreexpresión de enzimas como la COX-2 y al mal funcionamiento de factores antioxidantes como el Nrf-2.
A las 13 semanas de vida, 12 tras la lesión, un grupo de individuos reciben risperidona (0.25 mg/Kg ip) durante 21 días. A partir de ese momento se evalúan ciertos parámetros conductuales y motores, la estructura y función del cortex frontal y varios parámetros sistémicos (en sangre periférica). Específicamente se observa una pérdida de arborización y disminución del número de espinas dendríticas en el cortex.
En general, el modelo permite observar varios de los elementos clave en la fisiopatología de la esquizofrenia: consecuencias funcionales y estructurales en neuronas corticales a lo largo de su desarrollo, implicación inmune/inflamatoria cerebral y sistémica y rasgos conductuales de aislamiento social y de movimientos anómalos (hiperlocomoción tras exposición a nuevo ambiente).
La administración del antipsicótico risperidona protege de una gran parte de estos cambios: tiene un efecto neurotrófico (evita la pérdida de arborización dendrítica y la reducción del número de espinas dendríticas en neuronas de las capas III y V de la corteza) y antioxidante, tanto en el cerebro como en la periferia, y estos efectos se relacionan con una mejoría en los rasgos conductuales típicos del modelo experimental.
Referencia del artículo
Tendilla-Beltrán et al. Risperidone ameliorates prefrontal cortex neural atrophy and oxidative/nitrosative stress in brain and peripheral blood of rats with neonatal ventral hippocampus lesion. Journal of Neuroscience. Oct 23, 2019; 39(43):8584–8599. doi: 10.1523/JNEUROSCI.1249-19.2019. https://www.jneurosci.org/content/39/43/8584